A más de 300 metros sobre el mar, en la ladera sur de la montaña de Amagro, se encuentra nuestro viñedo: un terreno con alma, con historia en sus raíces y vistas que alimentan el espíritu. En los días claros se divisa incluso la silueta de Tenerife, como un recordatorio de todo lo que nos conecta.

Durante años, parte de este viñedo ha dado fruto a una de nuestras mayores señas de identidad: la variedad Listán Negro, con la que elaboramos El Cerrillal, nuestro vino dentro del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Gran Canaria.

Esa uva, resistente y expresiva, es nuestra firma más auténtica.
Hoy, ese mismo terreno se está revitalizando. Es un proyecto que late con fuerza y al que nos acercamos con respeto, con paciencia y con muchas ganas.

Volver a cultivar con calma. Volver a producir en casa. Volver a darle sentido a cada cepa. Porque este lugar, como el vino, necesita tiempo.

Y nosotros se lo vamos a dar.